Por la blanda arena que lame el mar,
su pequeña huella no vuelve más,
un sendero solo de pena y silencio llegó
hasta el agua profunda.
Un sendero solo de penas mudas llegó
hasta la espuma.
Sabe Dios qué angustia le acompañó,
qué dolores viejos calló su voz
para recostarse arrullada en el canto
de las caracolas marinas,
la canción que canta en el fondo oscuro del mar,
la caracola.
Te vas, Alfonsina, con tu soledad.
¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
te requiebra el alma
y la está llevando.
Y te vas hacia allá,
como en sueños, dormida,
Alfonsina, vestida de mar.
Cinco sirenitas te llevarán
por senderos de algas y de coral
y fosforescentes caballos marinos harán
una ronda a tu lado,
y los habitantes del agua van a jugar
pronto a tu lado.
Bájame la lámpara un poco más
déjame que duerma nodriza, en paz
y si llama él no le digas que estoy
dile que Alfonsina no vuelve
y si llama él no le digas que estoy
di que me he ido.
Te vas, Alfonsina, con tu soledad.
¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
te requiebra el alma
y la está llevando.
Y te vas hacia allá,
como en sueños, dormida,
Alfonsina, vestida de mar.
Y te vas hacia allá,
como en sueños, dormida,
Alfonsina, vestida de mar.
Y te vas hacia allá,
como en sueños, dormida,
Alfonsina, vestida de mar.
Data de publicació:
28
de maig
de
2024