Después de un año de no ver tierra
porque la guerra me lo impidió,
me fui al puerto donde se hallaba
la que adoraba mi corazón.
¡Ay, qué placer sentía yo
cuando en la playa sacó el pañuelo y me saludó!
Pero después, se acercó a mí,
me dio un abrazo y en aquel lazo creí morir.
Cuando en la playa la bella Lola
su larga cola luciendo va,
los marineros se vuelven locos
y hasta el piloto pierde el compás.
¡Ay, qué placer sentía yo
cuando en la playa sacó el pañuelo y me saludó!
Pero después, se acercó a mí,
me dio un abrazo, y en aquel lazo creí morir.
La cubanita lloraba triste
al verse sola y en alta mar,
los marinero la consolaban:
"No llores, Lola: no te has de ahogar".
¡Ay, qué placer sentía yo
cuando en la playa sacó el pañuelo y me saludó!
Pero después, se acercó hacia mí,
me dio un abrazo, y en aquel lazo creí morir.
Data de publicació:
30
de maig
de
2019