Enrique Morente, considerat una de les grans figures del flamenc, va néixer a Granada el 25 de desembre de 1942 i va morir a Madrid el 13 de desembre de 2010. Acompanyat pel grup granadí Lagartija Nick, el 1996, va fer el disc Omega, un homenatge a Federico García Lorca i Leonard Cohen. N'escoltem Manhattan (de First We Take Manhattan), Esta no es manera de decir adiós (interpretada per la seva filla Soleá Morente en l'homenatge que es va fer al seu pare) i Pequeño vals vienés (el poema de Lorca que Cohen va musicar a Take this Waltz).
Me condenaron a veinte años de hastío
por intentar cambiar el sistema desde dentro.
Ahora vengo a desquitarme,
primero conquistaremos Manhattan,
después conquistaremos Berlín.
Me guía una señal en los cielos,
me guía una marca de mi piel,
me guía la belleza en nuestras armas,
primero conquistaremos Manhattan,
después conquistaremos Berlín.
Quisiera estar siempre contigo.
Me gusta tu cuerpo, tu espíritu y tu ropa,
pero ¿ves esa fila que avanza en la estación?
Te dije, ya te dije,
que yo, ay que yo era uno de ellos.
Me amaste como perdedor
y te preocupa que pueda vencer.
Sabes cómo detenerme
y no me sabes tú comprender.
¿Cuántas veces recé para yo volver a empezar?
Primero conquistaremos Manhattan,
después conquistaremos Berlín.
Recuerda que yo vivía para la música,
recuerda que de mí te mantenías.
Hoy es el día del padre y estamos heridos,
después conquistaremos Berlín.
Quisiera estar siempre contigo.
Me gusta tu cuerpo, tu espíritu y tu ropa,
pero ¿ves esa fila que avanza en la estación?
Te dije, ya te dije,
que yo, ay que yo era uno de ellos.
Te amé en la mañana,
nuestros besos, profundos y cálidos,
tu cabeza sobre la almohada
como soñolienta tormenta dorada.
Sí muchos se amaron antes que nosotros,
ya sé que no somos nada nuevo,
en ciudades y bosques rieron como nosotros,
pero llega la distancia y tenemos que intentarlo,
tus ojos son dulces cuando hay tristeza.
Oye, esta no es manera de decir adiós.
Yo no estoy buscando a otro,
mientras vago en mi tiempo,
llévame al rincón
nuestros pasos siempre rimaran.
Sabes que mi amor va contigo
como el mío pertenece a tu lado,
solo que el camino ha cambiado
como la línea entre la playa y el mar,
Pero no hablemos de amor o cadenas,
de cosas que no desataremos,
tus ojos son dulces cuando están tristes.
Oye, esta no es manera de decir adiós.
Te amé en la mañana,
nuestros besos, profundos y cálidos,
tu cabeza sobre la almohada
como soñolienta tormenta dorada.
Sí muchos se amaron antes que nosotros,
ya sé que no somos nada nuevo,
en ciudades y bosques rieron como nosotros,
pero llega la distancia y tenemos que intentarlo,
tus ojos son dulces cuando hay tristeza.
Oye, esta no es manera de decir adiós.
En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.
Este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.
Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.
En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados.
Hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.
Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals del "Te quiero siempre".
En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orilla tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.