Me dice el corazón
que no soy de este planeta,
que caí de algún cometa
fuera de circulación,
o acaso sea un clon
de algo así como un salvaje
que articula algún lenguaje
de una extraña dimensión.
Porque sucede
que entre la fe y la felonía,
la herencia y la herejía,
la jaula y la jauría,
entre morir o matar
prefiero, amor, amar.
Prefiero amar, prefiero amar,
prefiero, amor, amar.
Y puestos a elegir
entre el oro y el Parnaso,
yo me pido ser payaso,
mago, acróbata o faquir.
O acaso un elixir
con orgiásticas burbujas
o la bola de las brujas
donde sueña el porvenir.
Porque sucede...
También pudiera ser
que me esté volviendo loco
porque me pegó el siroco
de la levedad del ser.
Y qué le voy a hacer
si me falla alguna pieza
por creer que la belleza
no se rinde ante el poder.
Porque sucede...